Luna
Mustias disonantes, orgasmos recauchutados en su virtual campanario. Dedos fríos, dedos violetas dedos Alpes de tan alto que hay que llegar sin morirse, pero no sé ni voy a saber. Ojalá que mañana, que hoy, ¿qué ayer? Que mañana no me cueste tanto levantarme, por la hora digo, no por otra cosa. Qué habrá en el aire que la poesía me viene como la menstruación igual de innombrable, de sensible, hormonal, temporal, luna, revolucionaria.