Nuestra menstruación en problemas
Hacia el entendimiento de la problemática de la invisibilización
La Abogada ambientalista Jacqueline Gaybor, nos ayuda sacarnos el velo y conocer un poco más acerca de la problemática alrededor de la invisibilización de nuestra feminidad y de nuestros saberes acerca de la menstruación. Consultamos acerca de cuáles son los factores que nos ponen en riesgo, qué tipo de estudios hay sobre el tema y plantearnos nuevos horizontes. Estamos cada vez más convencidas que no todo está dicho ni inventado, en términos de salud femenina. “(...)Hay que reconocer que las alternativas no son aplicables en todos los espacios/contextos. Llevar la copa menstrual a un territorio en donde no existe el agua potable es un mayor riesgo para la salud de la mujer. Puede ser un foco infeccioso. Imaginate como es meter este tipo de productos en un lugar en donde la mujer no se puede defender. Las estrategias de capacitación acerca de la menstruación son importantes y es fundamental que lleven consigo un discurso bien claro. (...)” En Mujerpuplo nos preguntamos qué estudios hay desde lo académico sobre las posibles infecciones que pueden traer las toallas industriales, las copas menstruales, los tampones. Encontramos que sobre las toallitas no hay mucha información de si pueden o no llegar a traer alguna complicación. Sobre la copa menstrual hay quienes dicen que no es un lugar en donde se pueda desarrollar la bacteria que puede dar shock tóxico. Este es un estudio realizado en Canadá en 2014. Este mismo estudio también hace un análisis promedio de cuantas toallas sanitarias o tampones consume una mujer en Canadá por año. Hay otro artículo de California sobre otro tipo de método y se hizo un estudio de incorporación de hábito. Es interesante porque invitan a mujeres de distinta raza y el resultado fue muy positivo. Con respecto a tampones es donde hay más investigación, más profunda hecha desde la ciencia médica sobre todo desde que se descubrió la posibilidad de sufrir un shock tóxico.
El debate es amplio y está concentrado en USA y en Alemania. Hay dos test que arrojaron información. Uno dice que el uso de tampones es proclive a la generación de la bacteria que produce el shock tóxico. Esto se da por el clima anaeróbico que se genera dentro de la vagina. Y otro que tiene como premisa “el tampón no tiene relación con la bacteria del shock”. ¿Cómo es posible? Y bien, uno está financiado por compañías que tienen interés en que no se sepa o no se investigue profundamente sobre el tema y la otra es independiente. Aquí la diferencia. Respecto a las toallas sanitarias no hay un riesgo médico relacionado. Lo que sí dicen muchos médicos es que el uso constante de los protectores diarios pueden traer infección en las vías urinarias y las toallitas puede producir hongos o infecciones urinarias. Si estos problemas se repiten constantemente también podrían traer ciertos problemas endocrinológicos. Investigando nos dimos cuenta que hay otra problemática relacionada con la salud que trae como consecuencia el uso de las toallas sanitarias y de los tampones. Esto es lo referido a los problemas de salud que pueden tener las personas que fabrican o que están en el circuito vinculado con la producción de estos productos.
Hay cierto acostumbramiento al malestar, como si fuese obvio o normal sentir dolor, molestias, vivir algún tipo de sufrimiento vinculado al uso de los productos de higiene menstrual. Esto es falso, no hay por qué sufrir consecuencias adversas. Siempre y cuando tomemos conciencia de lo que utilizamos en nuestro cuerpo, podemos revertirlo. Según Jacqueline, hay una razón clara para que se den este tipo de problemas y tiene que ver con los productos que se utilizan para el refinamiento de toallas sanitarias y tampones.
“(...)Los productos que se usan para los blanqueamientos de las telas y la celulosa pueden ser cancerígenas y pueden tener presencia de glifosato. No es una presencia grande pero si hay. Esto implica impacto directo del glifosato con el tampón y en consecuencia con el cuerpo de la mujer. Los protectores empezaron a usarse hace más o menos hace quince años y se instalaron. El nivel de infecciones urinarias ha crecido enormemente. También la ropa interior sintética tiene impacto sobre la salud de la vulva.”
Hablar de estos temas y separarlo de lo científico, es como levantar la alfombra de una casa vieja. Cualquier tema de estos trae aparejados varios miedos. La negación de que los saberes pueden venir no solo de la pata científica genera mucha incomodidad y cierto rechazo.